jueves, 31 de mayo de 2012


¡Feliz 10 años!
Y que cumplan muchos más.
Gracias pastillas por cada alegría. No tiene explicación lo que siento por su música cuando los escucho, la sonrisa que me sacan. Me hacen emocionar, entristecer y hasta a veces enojarme, pero gracias por ser lo que fueron, las cosas hoy están un poco cambiadas, pero a pesar que me queje de ciertas cosas, la pasión sigue ahí, intacta. Sigo estando manija y contando los días para ir a verlos.
Todavía me acuerdo de mi primer recital, me subí a los hombros de mi hermano, sonaba Puta de fondo, y ver tanta gente cantando y saltando, me llenó el alma y los ojos de lágrimas, fue una sensación increíble.
Cada recital es único, cada letra y cada uno de ustedes. Me dan cosas que otra música, otras bandas no. Porque ustedes me hicieron conocer lo que es una verdadera FIESTA. Porque es como que los escucho y me traspasan a otro mundo, me olvido de todo, o pienso en todo, pero me ayudan a reflexionar. Porque es falta de respeto cantarles sin emoción. Porque son mi pasión pasado, presente y futuro. Porque me ayudaron a levantarme en esos días de mal humor. Por cada fiesta de actitud que nos ha vuelto pastilleros. Porque siempre hay una frase justa para algún momento de la vida. Gracias a ustedes conocí gente verdaderamente increíble. Porque el público es completamente increíble (bueno, hay excepciones) Gracias por hacerme ver que siempre queda una vuelta de tuerca más , que un tropezón no es caída, que sin crisis no hay desafíos, y que la vida vale más que la vida misma.

miércoles, 30 de mayo de 2012

Nunca vió la luz,
no sintió el calor, 
no sufrió el dolor,
no vivió el morir.

jueves, 17 de mayo de 2012


Fiesta fiesta, Snow snow

Esquivando piedras en este camino, sintiendo alertas que no van a hablar.
Deseos echados en un sembradío crecen para quien los quiera cosechar.
Viendo que todo se va acostumbrando, que cada ficha queda en su lugar. Para los que vuelan con alas de otros, el viaje es corto, muy pronto caerán.
Este recorrido es un acertijo, con errores y aciertos vendrá. Los enigmas que le dan sentido, decidiendo se resolverán.
Ese paso a paso que marca la vida, inevitablemente no va a parar. La conciencia tranquila es mi amiga y me da respiro en el caminar.
Cada contratiempo se hace colosal, como una avalancha que no se detiene. Lleva consigo también lo demás, cambiando el pulso, cambiando el presente.


martes, 8 de mayo de 2012



Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos, como quieras llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.
¿Terminó tu trabajo? ¿Se acabó tu relación? ¿Ya no vives más en esa casa? ¿Debes irte de viaje?... Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente “revolcándote” en los por qué, en devolver el cassette y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. El desgaste va a ser infinito, porque en la vida, tú, yo, tu amigo, tus hijos, tus hermanos, todos y todas estamos encaminados hacia ir cerrando capítulos, ir dando vuelta la hoja, a terminar con etapas o con momentos de la vida y seguir adelante.
No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni si quiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió y hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. Los hechos pasan y hay que dejarlos ir. Por eso, a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar la casa, romper papeles, tirar documentos y vender o regalar libros.
Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación-
Deja ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que dar vuelta la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente…
El pasado ya pasó. No esperes que te devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tu… suelta el resentimiento. El prender “tu televisor personal” para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarte lentamente, envenenarte y amargarte.
La vida está para adelante, nunca para atrás. Si andas por la vida dejando “puertas abiertas” por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción, ¿Noviazgos o amistades que no clausuran? ¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?) ¿Necesidad de aclaraciones? ¿Palabras que no se dijeron? ¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no, déjalos ir. Cierra capítulos. Dite a ti mismo que no, que no vuelvan. Pero no por orgullo ni soberbia, si no porque tu ya no encajas allí, en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio.
Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a que volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tu serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida. Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo. Nada es vital para vivir porque cuando tú viniste al mundo, llegaste sin ese adhesivo. Por lo tanto, es costumbre vivir pegado a él y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir. Es un proceso de aprender a desprenderse y humanamente se puede lograr, porque repito: nada ni nadie nos es indispensable. Solo es costumbre, apego, necesidad. Por eso cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete, suéltate.
Hay muchas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escojas te ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad.

¡Esa es la vida!


Volví a dejarme querer, volví con ganas de volver. Volví a entender que todo empieza donde acaban mis pies. Volví a dejarme soñar, volví sin miedo y sin dudar y otra vez, otra vez, todo es empezar.
Mientras quede algo de mí, ningún lugar me está prohibido. Empecé a escuchar la voz de mis latidos.
Volé muy alto, llegué más lejos, me puse a flote izando el viento y achicando el corazón.

martes, 1 de mayo de 2012


Infinitas gracias a las dos bandas de mi vida por estos dos recitales! A pesar de algunos detallesitos, los disfruté mucho, los necesitaba. 

 



Siempre lo voy a decir: me hacen sentir cosas hermosas, muchos sentimientos encontrados, me sacan sonrisas en los malos momentos y en los buenos también. 



                                                   Gracias por su música.